Las luces del alba anuncian un
nuevo amanecer; el fin de la
noche oscura del alma.
El pasado es un recuerdo efímero
de un largo momento, donde el
horizonte sólo deja ver la claridad
del ahora.
Clarines y trompetas anuncian
con estruendo y placer, vendas
y velos caer, espectros y sombras
desaparecer.
El pasado se esfuma, igual que la
niebla se disipa, casi sin dejar rastro
y el sol se hace presente, envolviendo
el momento y acariciando con su luz
el eterno presente.