Flotando en el vacio en compañía
de la incertidumbre, el abandono
y la tristeza,sin objetivos, sin
perspectivas, sin futuro; vivo el
el momento presente, el instante,
el ahora.
Me dejo llevar por la corriente de
la vida, rindiendome a la intuición
de algo que no sé, ni veo ni palpo
pero siento dentro mí el latido del
vacio creador, a pesar del miedo de
la razón.
Me abandono a la suerte de una nada
que me acompaña a una nueva vida,
trascendiendo la incertidumbre, el
abandono y la tristeza, dejandome
llevar por el instinto más primario
que me transforma en una entidad
libre de los barrotes que me separan
de mi misma.
A merced del vacio mi existencia se
nutre del cariño genuino y el amor
compasivo que nacen de lo más profundo
de uno mismo, llenando las carencias
de comprensión, amor y gracia.