Nos reconocimos en otro Universo jugando
con ángeles, como entidades en busca de
la aventura y la expansión.
Queríamos explorar y crear juntos nuevas
dimensiones y abandonarnos a la experiencia.
Decidimos volver a encontrarnos en otro
punto del tiempo y del espacio, sin
recordar el origen de nuestro juego.
Venimos de diferentes lugares y formas,
pero siempre en la comprensión de que
todos somos uno, recorriendo el camino
de la luz y el amor.
Y aquí estamos de nuevo, en otro Universo,
en otra Galaxia, en otro mundo, en esta
Escuela de Vida, listos para reconocernos
de nuevo y rendirnos a nuestro ancestral
deseo de ser maestros de nosotros mismos,
a través del espejo del encuentro.