La esencia está encerrada en una hermosa
caja dorada sin llave ni cerrojo.
Permanece oculta buscando recuerdos,
sueños, tal vez quimeras, en la certeza de
que su libertad sólo depende del hecho de
levantar la tapa que la mantiene oculta.
En la profundidad de la noche sale de la
caja dorada y se deja ver, de forma fugaz,
a la luz de las estrellas, visitando otros
lugares, para regresar de nuevo, a la
espera del momento de levantar la tapa
y alzar el vuelo, como un ángel, para
expandir la esencia transformada, libre
de la limitación de la caja dorada sin
llave ni cerrojo.