Me sumerjo en la inmensidad de un mar profundo.
Cada criatura me recibe en silencio con una
quietud de bienvenida y respeto.
Me muevo suavemente, casi con miedo
de perturbar el equilibrio de mi
propia morada olvidada en el tiempo.
Una sensación me invade, el recuerdo de
regresar al fondo, después de una dura
jornada con el sol que desaparece en el
ocaso por detrás de una montaña.
Tibieza, atardecer, agua oscura.
Un suave movimiento, casi tan perfecto como la luz
que mengua al día y emerge la noche al
mismo tiempo.
Soy humana, reptil ave y pez,
ahora puedo sentirlo.
Mi alma reconoce la Orca surcando el oceano,
saltando entre las olas y bailando en el aire
como un juego.
Me sumerjo en la inmensidad de un mar profundo,
de un abismo incierto, emerjo del agua y conservo
el recuerdo grabado en mi cuerpo, me pierdo en
el tiempo y solo me queda un instante donde todo
se funde y expande cual Big Bang en mi cerebro.
Me arrastro por el lodo, nado, camino, vuelo.
¡Que más dá! Todo es lo mismo.
Soy humana, reptil, ave y pez.
Ahora puedo sentirlo.
Pez totuma
Autor: E Bosch. Imagen digital. 450x305mm.