Te marchas a una guerra ajena para librar tu propia batalla
en un lugar neutral lejos de casa y aislado de todo para calmar
ese fuego que abrasa tu ser, que quema tu mente y calcina tus
entrañas.
Tu partida es un acto de coraje y valentía para
enfrentar tu pasado y seguir caminando, libre al fin ,
de ese fuego que te atormenta y consume para alcanzar la paz.