Compartimos vida como hermanos con
encuentros y desencuentros, a veces lejos.
otras veces cerca, unidos por lazos de sangre.
Ahora decides marchar a un lugar desconocido del
que todos hablan, pero nadie conoce, navegando en
aguas profundas y turbulentas.
Te marchas en tu último viaje sin equipaje, sin
Itinerario con miedo y valentía a la vez en un
trayecto sin retorno.
Me despediré sin lágrimas ni llanto con
el corazón roto y el alma trasquila hasta que
volvamos a encontrarnos.
Te vas muy lejos para convertirte en una estrella
en el firmamento y lucir en compañía de nuestros padres
y así poderos contemplar en las largas noches de invierno,
sabiendo que estáis ahí iluminando mi camino hasta que
decida reunirme con vosotros