Reclamas mi presencia y
te regalo mi compañia,
demandas mi voluntad y
te obsequio mi entrega,
exiges mi cariño y te
entrego mi amor.
Exiges, reclamas, demandas
y me camuflo entre la
muchedumbre de tu mundo
para no ser el blanco de tu
insatisfacción, de tu enfado
y de tu manipulación.
Ya no comprendo el vínculo
que me une , la cercanía que
me ata y la rutina que me
encadena.
No soy capaz de llenar el vacio
que otros dejaron en tí, no soy
capaz de satisfacer la carencia
que otros causaron en tí.
No soy el remedio mágico que
cura la soledad, el miedo y la
vejez.
Tan sólo soy un ser que se
entrega con el corazón y no
quiere vender su alma.