La proyección de mis pensamientos
me persigue en forma de sombra,
se hace presente. Poco a poco,
inunda mi ser y todo se vuelve
oscuro, denso y frio.
Emerjen sentimientos de culpa,
tristeza y abandono.
Me divido en mil formas de existencía
con una lucidez que raya la locura.
Soy luz y oscuridad, sabiduría e
ignorancia, bondad y maldad.
Me rompo en mil pedazos con el alma
dividida, el cuerpo trastornado y
un vacío que lo contiene todo,
perdida en la oscuridad y el caos.
Me siento engañada, vulnerable y,
ahora no sé si soy inocente o culpable,
buena o mala.
De repente, un rayo de sol acaricia
mi cara y, subitamente, la luz penetra
en la oscuridad de mi alma y los pedazos
se van juntando, recomponiendo la estampa.
Todo vuelve a la normalidad, ya nada es real.
La dualidad da forma a mi ser,
no está separando nada.
Sólo es la proyección de un instante
de mi memoría enquistada.
El lado oscuro
Autor: E Bosch. Imagen digital. 300x300mm.