Cansada de jugar el juego de
los demás, me abandono a mi
propia suerte, desnuda,limpia
y transparente.
Me dejo llevar por el instinto
y por mi propia verdad.
Atenta a cada instante.
Atenta a la vida.
Atenta a mi ser.
El juego ha terminado sin
ganador ni perdedor. Hemos
jugado un juego sin normas,
absurdo, cruel y opaco, con
un único fin. El control del
ser sobre el ser.
Hemos jugado para satisfacer
el ego. Sin disfrute, sin
magia, sin dicha y sin amor.
Ahora, ya no deseo ganar.
Ahora, ya no deseo perder.
Ahora, ya no deseo jugar.
Deseo ser como soy.
Deseo dejarme llevar.
Deseo la libertad de mi ser.