TOMOHIRO

Desde el lejano Oriente
surge tu silueta de la nada,
entre la niebla, el mar y el
tiempo.

De porte elegante y con cierta
languidez de movimientos, te
deslizas suavemente al caminar,
acercándote con sigilo y
prudencia a tu destino.
Derribando barreras invisibles,
para poder mostrar el esplendor
que hay en tí.

Rompes la tradición de tus
ancestros, alzando la vista y
mostrando la prefección de
unos ojos rasgados y obscuros
que anhelan sorber el néctar
de Occidente, en un ademán
silencioso de sumisión y profundo
respeto.

Como una concha de mar,
honras tu nombre, Tomohiro,
dejándote llevar por la corriente,
con la esperanza de encontrar tu
destino.

Tu lugar está en tí, dentro de tí,
en cada latido del corazón, en
cada surco de la concha de mar.

Tu lugar está en tí, más allá de la
tierra y el mar, más allá de Oriente
y Occidente, más allá de las estrellas.

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