El pasado acude a la llamada del
presente en forma de espectro,
infiltrando imagenes,casi olvidadas,
buscando respuestas a un futuro
amarrado a todos los instantes
del tiempo.
El pasado se mueve ruidoso,
inquieto; habla, farfulla,
en un intento de justificarse
en el ahora.
El presente es mudo, ignorante,
es silencio, permitiendo que el
pasado asuma su protagonismo y
cese ese parloteo inútil que
invade el momento.
Las lineas del tiempo se juntan
para viajar al unísono y estallar
en un sólo instante que contiene
pasado, presente y futuro.
Dónde sólo el silencio es capaz
de integrarlo todo en un espacio
dónde ya no existe el tiempo.