Ví la luz por primera vez en
una Estrella lejana y sucumbí
al hechizo de un planeta de
color azul intenso, atraída
por el deseo de viajar en el
tiempo y el ímpetu de un nuevo
ser, contemplandose a sí mismo
por primera vez, consciente de
la fuerza y el poder sin límites
de su alma.
Enfocada en mi propia aventura,
experimenté la metamorfosis de
proporcionarle un vehiculo a mi
alma, pero sucumbí a la fuerza
de la dualidad, regresando una
y otra vez a un cuerpo para poder
liberarme de mi propio fuego y
preparar el gran viaje de vuelta
a casa.
En el umbral de un gran cambio,
aguardo paciente el comienzo de
un nuevo viaje de retorno a la
Estrella que me vió nacer y cada
vez que miro al cielo siento
dentro de mí la añoranza del alma
contemplando su regreso.