Lineas de otras epocas confluyen
en un instante único y ecléctico,
permitiendo que el pasado y el
futuro se fusionen.
El tiempo se acelera y ralentiza,
en un latido constante, sin detener
el ritmo de un destino que sigue
su curso, sin importar el origen
ni el final.
El instante acoge en su inmensidad
el sufrimiento y el dolor de todo
aquello que necesita liberarse de
las emociones más profundas que
encadenan un presente dónde la
libertad busca manifestarse sin
dolor y sin sufrimiento.