Perdida sin remedio,
busco y no encuentro,
pregunto y no hay
respuesta.
Todo es confuso y caotico,
navego entre la bruma y
una nebulosa me lleva al
principio de los tiempos.
La niebla, blanca y espesa,
como un tupido velo, deja
pasar un poco de luz pero
no consigo ver.
El burka humano me aísla
del mundo y me convierte
en un solitario automata.
Ni pienso, ni siento, ni
decido, sólo soy manejada
por una fuerza invisible
que me arrastra sin remedio.
Quiero pensar, sentir, decidir,
necesito despojarme del burka
para detenerme un instante y
encontrar al ser sublime que
hay en mí.
Desnudarme y mostrarme tal cual
soy, mirarme en el espejo y
reconocer la imagen que
aparece ante mí.
Sin culpa, sin resentimiento,
con delicadeza; sonriendole
amablemente, casí con cortesía,
Como sí acabaramos de conocernos.